Mi maravillosa madre me mimaba mandándome mensajes muy monos mientras merendaba mandarinas muy maduras. Me motivaba mucho mirar mi messenger, mas mi mente mantenía mi mirada marcada malamente. Me mostré misteriosa masticando mi merienda mecánicamente mientras meneaba mi mandíbula. Moví mucho mis manos, masajeando mi mentón, muy mareada, mas mi madre mantenía momentáneamente mi mente maravillada.
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